Artículo publicado en el Suplemento Cultural Urban del Periódico Levante.Urban. Número:04_Fecha:05/01/2018

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Tres huevos duros.

La cosa va de huevos, y del camarote. Ese pequeño, solitario y reflexivo lugar destinado al alojamiento de tripulantes que tu acabas de visualizar lleno a rebosar. La culpa es de ellos, de los mismos de “…y tres huevos duros”. Los Marx, los hermanos Marx, fueron pioneros en esto, pero ahora, la usurpación de significado, apropiación de significante y colocación de coletillas parece ser deporte de moda.

Haciendo balance de año me doy cuenta de que me las están quitando todas. El año en el que amanecimos con contabilidades creativas y apropiaciones indebidas ha sido rico en sustracciones lingüísticas. Cambio climático, botón nuclear, conflicto territorial y amenaza terrorista, todas disponen ya de coletilla de su pareja de hecho. Con nombres, apellidos, o usando un gentilicio internacional o patrio, pero ya están cogidas.

Hasta la palabra virus, acompañando estas fechas al estómago, me ha sido usurpada por mi familia al completo, no me han dejado ni un poquito. Lo sé, las hay que son infieles y mudan del ladrillo a las carreras universitarias, antes las burbujas pertenecían al agua.

Mientras espero que alguna quede liberada en estos momentos en que mudamos de año, yo por si acaso, he decido acuñar mi propia coletilla. Les deseo Feliz Año, … y que me quede como estoy.

“La Mudanza” Autor: Emilio Chuliá – La Marina (Valencia) 2016