[ Carta para Leonard ]

Lo nuestro empezó tarde. Podría aparentar, pero no, lo mío contigo no fue amor a primera vista. De hecho, lo nuestro fue cual chico-chica que se reencuentran veinte años después en la reunión de antiguos alumnos, así fue. “Si hubiera sabido cuanto te quería no habría esperado veinte años”, así se lo hubiera dicho ella a él, él a ella o yo a ti, si hubiera tenido oportunidad.

No me culpes, no me siento culpable. La culpa fue de los Beatles, de los Doors, de los Rolling, de Bowie, de Supertramp y de los Who. De Nina, de Pink Floyd, de Aretha y de las Supremme. De Bob, de los dos Bob. De todos ellos y de tantos otros. No me quedó tiempo para ti. Tampoco sé si lo busqué, de eso si soy culpable…

Hoy Marcos ha llorado al conocer la triste noticia, se la ha dado su madre después de que a ella se la diera yo. Paco tendrá el dudoso honor de ser recordado como la persona que me la dio a mí. A Violeta buscaremos otro momento para decírselo.

 Y es que en casa, hace mucho tiempo que los sábados y domingos amanecen contigo y no cuando sale el sol. Lola o yo nos encargamos de encender el tocadiscos antes que la tostadora, de que antes de que chirríe la cafetera, tú y Marianne ya estéis por aquí.

Y no es por ti, poco conozco de tu vida, también quiero que lo sepas. Es por lo que dices, lo que no dices, por como lo dices, por como lo cantas y por como lo muestras.

Es porque tus fotos de aquel verano en Grecia con ella, con Marianne, me recuerdan la luna de miel de mis padres en la Ibiza de los 70. Esas fotos con él sin bigote como tú, y ella, mi madre, tan joven y guapa como Marianne. Es porque ese blanco y negro son los colores que me hubiera gustado vivir.

Es porque fuiste la banda sonora de la primera vez que estuve lejos de Lola. Y lloré, cada uno de esos días que no estuve con ella, lloré. Lo es porque cuando iban a nacer mis hijos me acostaba contigo todas las noches. Paz es lo que me dabas y paz es lo que me das.

Y es porque al escuchar tu música lloro cuando no estoy con ellos y rio cuando lo estoy.

Los niños lo saben, Lola también. Si se lo preguntas te lo dirán: “El Papá quiere que cuando se muera, cuando lo estén enterrando suene “So long Marianne”. En la iglesia no, ahí quiero baile, eso está reservado para el “I Can´t Help myself” de los Four Tops, eso será así, pero cuando me pongan tierra encima, quiero que estés ahí. Y desde hoy ya está escrito.

Solo quedabas tú. La lista de spotify se llama “Leonard, Nina, Miles and Jim”. Esa lista es la del café de después de comer los domingos, de cuando lo hacemos en casa, de cuando lo hacemos juntos y solos. De antes de dormir la siesta, de después de la mistela. Morrison, Davis y la Simone ya no están, desde hoy tu tampoco.

Ya cambiarán de opinión no te preocupes. Marcos es muy de “Riders on the storm ” y Violeta muy de “Ain´t got no – I got Life”, están es esa fase que necesitan un poquito más de velocidad así que no se lo tengas  en cuenta, vuestro momento llegará.

 “Sea en el país que sea, en la ciudad que sea, da igual cuando sea, iremos al primer concierto que dé”. Es posible que Lola y yo nos viniéramos arriba oyendo el “songs of love and hate”, que acabábamos de desempolvar para celebrar la salida de tu single. Hemos llegado tarde.

Mañana es sábado y el sol ya hará un par de horas que habrá salido, pero será en el momento en que tu disco empiece a girar, en que tu música empiece a sonar, en ese preciso momento será cuando para nosotros, para Lola, para Marcos y Violeta, y para mí, el día habrá amanecido.

Xao Leonard, hasta mañana, nos vemos aquí, en casa…

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